La banda japonesa de noise rock Boris llega por primera vez a Chile para celebrar el 20º aniversario de su icónico álbum PINK. En esta entrevista exclusiva con Fuera del Radar, conversamos junto a Takeshi y Atsuo sobre su legado, su filosofía musical y lo que significa llegar por fin a este rincón del mundo.
Gracias por la oportunidad de brindarnos esta entrevista. Estamos muy entusiasmados por tenerlos por primera vez en Chile. ¿Sabían que su música se disfrutaba por este rincón del mundo?
TAKESHI: La verdad es que ya nos habían hecho varias ofertas en el pasado, por lo que sabíamos que nuestra música estaba llegando hasta Chile. Sin embargo, fue difícil concretar antes por cuestiones de agenda. También habíamos escuchado historias de algunas bandas amigas que tocaron en Chile, eso despertó mucho nuestro interés por su país, por lo que desde hace tiempo los queríamos visitar. Estamos muy felices de que finalmente se vuelva realidad esta vez.
¿Han escuchado hablar sobre el público chileno antes? Se dice que somos de los más alocados del mundo.
TAKESHI: ¿En serio? Ahora estoy muy ansioso por ver cuán alocados pueden ser. En esta gira por el 20º aniversario de PINK, presentaremos un setlist que recorre desde el heavy rock hasta el psyche, el ambient y el noise, por lo que no sería exagerado adelantarles que será como concierto un best-of. ¡Así que disfrutemos y volvámonos locos juntos!
Hablemos de PINK. Boris siempre ha estado marcado por la experimentación, en particular en PINK tiene un espectro de estilos muy amplio, siempre marcada por el noise pero navegando al mismo tiempo desde el shoegaze hasta ciertos tintes hardcore punk. ¿Cómo fue el proceso de composición del disco para llegar a esta amalgama?
TAKESHI: Esto no aplica solamente a PINK, sino a todo nuestro trabajo en Boris: siempre estamos experimentando con técnicas diferentes para crear nuevas sonoridades. A veces fusionamos elementos que parecen opuestos, o los dejamos coexistir sin conciliarlos para que aparezcan nuevas resonancias y expresiones entre ellos. No se trata de intentar hacer algo intencionalmente “extraño”, sino simplemente de buscar el sonido que realmente hace vibrar nuestros corazones. PINK nació a partir de sesiones de improvisación en el estudio, y desde ahí fuimos construyendo gradualmente su estructura y atmósfera sonora. Nos encantan los sonidos ruidosos y las guitarras distorsionadas hasta el límite, y aunque a veces pensamos que quizá sea “demasiado”… ese nivel es exactamente lo que sentimos más natural para nosotros.
ATSUO: No es solo la guitarra, durante la mezcla también distorsionamos la batería. Ese componente de noise tiene una fuerza especial que funciona para cohesionar sonidos de estilos muy diferentes entre sí.
Existen diferentes versiones del PINK con distintas duraciones en los temas e incluso en su orden. ¿Hay alguna versión en particular que prefieran o que sientan que es la definitiva?
TAKESHI: El orden de las canciones y la duración de los temas varían según el formato del audio (CD, vinilo), y si es edición japonesa o extranjera. Cada formato tiene características propias que ayudan a determinar el orden de las pistas. Tengo un cariño especial por la edición japonesa original de 2006, el vinilo doble con cubierta especial tipo Box. Me gusta su peso, la textura del papel, la sensación al abrir la carátula desde atrás. Es un diseño frágil, pero muy evocador. Creo que cada persona puede tener su versión favorita, y la duda al elegir es, de cierto modo, divertida.
ATSUO: De todos modos, la versión de PINK en CD por Southern Lord ha sido, probablemente, la más escuchada a nivel mundial, por lo que en esta reedición por el 20º aniversario, esa versión será llevada por primera vez al vinilo.
Su sonido siempre se ha sentido influenciado por bandas como Melvins o Earth, míticas también como la de ustedes. Sienten que de cierta forma, 20 años después de PINK, ahora ustedes se han convertido en la influencia principal para una nueva generación?
TAKESHI: Melvins tuvo una influencia enorme en nosotros, fueron una de las razones por las que empezamos Boris. En 2024 hicimos una gira por Estados Unidos junto a ellos, y tras más de 30 años de actividad, siguen moviéndose con espíritu creativo inquebrantable, como un verdadero monstruo. Fue increíble ver eso tan de cerca y haber completado esa extensa gira juntos nos dio un tremendo impulso de confianza.
ATSUO: Claro que hemos sido muy influenciados por ellos, pero Boris también tiene el orgullo de ser una banda que ha establecido su propia originalidad. Esto lo sentimos con más fuerza revisitando e interpretando canciones antiguas en esta gira. Mientras tocamos, a menudo pienso que todo esto nos ha llevado a una vida extraordinaria.
Ustedes han hablado sobre ser guardias de la “peligrosa historia del rock que puede cambiar la conciencia de las personas” durante un periodo de estancamiento musical. ¿Cuál peligro en específico o poder transformador sienten que se ha perdido en la música contemporánea y cómo el álbum PINK o su música en general sirve como antídoto?
ATSUO: En los últimos años la evolución de la IA ha sido tan veloz, que quizá estemos en un punto de no retorno para el ser humano. Los tiempos en que las personas entregaban su dedicación para poner amor sobre algo parecen estar desapareciendo, y se va extendiendo más un mundo desalmado.
La música que creamos resuena en este mundo y refleja nuestros sentimientos y los de la audiencia en un momento y espacio concreto. En la expresión musical de Boris hacemos uso completo de lo físico y lo análogo, lo que comprende una cadena continua de errores. En esta época, seguir cometiendo errores es esencial para un artista.
También creo que la teoría de expresión que hemos ido construyendo en el tiempo, ahora precisamente cobra más poder. Hay momentos que no se pueden obtener a través de la pantalla de un PC o usando auriculares; el volumen abrumador y la presión del sonido; el olor del humo; y luces que distorsionan la visión… Queremos compartir ese mundo impredecible, mostrarlo con nuestra actitud y presencia corporal.
Atsuo ha descrito el noise como “blues japonés”, algo fundamentalmente ligado a la experiencia urbana japonesa. Al llevar esta interpretación tan japonesa de la música pesada a Latinoamérica por primera vez, ¿qué tipo de conversación cultural esperan generar?
ATSUO: No puedo imaginar cómo será el día a día en Chile, pero el noise ya es un género reconocido de larga historia, y en cualquier ciudad abunda el ruido (noise).
Dado que la cultura japonesa se basa en el politeísmo, podemos considerar que en cada partícula de ruido (noise) reside un dios (kami). Entonces cada persona que escuche nuestra música se encontrará con su propio sonido, con su propio dios. Tengo mucha curiosidad por ver qué experiencia nacerá de eso junto a ustedes. Será un viaje muy interesante.
Por último, fuera de la música, ¿dónde encuentran inspiración?
ATSUO: Lo que hacemos con Boris ya es nuestro trabajo de vida, y su significado es diferente al de un trabajo para ganar dinero. Lo que nos inspira es el camino recorrido y el futuro que se vislumbra a través de la niebla. Ciertamente, nuestras experiencias más personales y el estado del mundo ejercen una influencia también. A veces, la visión sobre cómo podrían sonar las cosas dentro de cien o doscientos años también es una inspiración.
Eso sería todo. ¿Algunas palabras finales que nos quieran compartir antes de experimentar su show en vivo este 27 de noviembre?
TAKESHI: Como será nuestra primera vez en Chile, estamos ansiosos por conocer su ciudad, la comida, y encontrarnos con todos ustedes, es decir, todo. Nos vemos en el venue. ¡Disfrutemos juntos!
ATSUO: Emprendamos un nuevo viaje desde Chile. ¡Lo esperamos con ansias!
Traducción: Reiko Nakai (CEIJA)
Producción: Luis Sepúlveda